EL CUIDADO DE LA BOCA

Un caballo bien alimentado, que realice un ejercicio regular, en buena forma... en definitiva, un caballo bien cuidado, no tiene porque dar ningún problema con su boca.
La caries, un problema tan común entre nosotros, raras veces le sucede al caballo; al igual que otras dolencias como inflamaciones de encías, úlceras bucales...

Tan sólo deberemos tener cuidado con el desgaste irregular de las muelas. Los molares superiores están algo más inclinados hacia fuera que los inferiores, lo que hace que con el tiempo y el desgaste puedan llegar a aparecer puntas cortantes sobre el borde exterior de las muelas superiores y el interior de las inferiores. Esto puede conllevar la dificultas para triturar el alimento y en contadas ocasiones origina úlceras.

Por ello, cuando aparecen esas puntas, resulta fundamental rasparlas; tarea que dejaremos en manos de un veterinario, para quien es un trabajo bastante sencillo. Nuestro deber será el de mantener perfectamente vigilada la boca de nuestro animal para poder avisar al veterinario cuanto antes.

Como siempre decimos, el mejor tratamiento es siempre la prevención. A través de la boca podemos llegar a conocer enfermedades presentes en el animal, que nos habían pasado desapercibidas:

  • Unas encías sanas son rosadas; pero se volverán pálidas si el caballo puede padecer anemia o bien ha sufrido un fuerte shock.

  • Encías pálidas o enfermizas: pueden ser un síntoma de una hemorragia interna.

  • Encías de color amarillento: el caballo puede sufrir hepatitis.

  • Desgaste irregular de los incisivos: es señal de tragar aire. Se trata de un vicio en el cual el caballo muerde la puerta o el pesebre mientras traga aire, puede ser muy perjudicial para el animal.

Todo ello nos da una idea de lo importante que resulta vigilar la dentadura de nuestro caballo. Para hacerlo lo más correcto será sujetar la lengua firmemente hacia un lado, de manera que nos permita ver el interior de la boca sin dificultad.